¿Se puede amar y odiar a alguien a partes iguales?
La primera respuesta que a uno se le viene a la cabeza es "no". No parece tener mucho sentido, ¿no? Si quieres a alguien, no deberías odiarlo. Y si lo odias, no será porque lo amas. Y desde luego, no de la misma forma, en la misma proporción.
Pues desafiando a la lógica, a mí me ocurre eso. Os juro que lo quiero como a nadie, y de la misma forma que un día me hace FELIZ con mayúsculas y por completo, al día siguiente, el rato siguiente, es capaz de desquiciarme, de hacerme llorar, de querer matarlo, de no querer verlo nunca más... y sin ni siquiera saber por qué. Le odio por ser él, por ser como es, por el simple hecho de existir. De la misma forma en que lo quiero por ser como es, por existir.
Y lo amo y lo odio de la misma forma. Lo quiero y lo detesto a partes iguales.
Y es agotador. Esta ambivalencia, este ni contigo ni sin ti, me está agotando. Es estar bien sabiendo que va a durar poco, y sobrellevar lo malo, sabiendo que se va a pasar rápido y que en un rato estaré queriéndolo otra vez tanto como siempre.
Quizás más.
